... No creo en absoluto que exista una religion o doctrina mejor que las demás o que sea la única verdadera. Todas apuntan al Amor, cada una donde hace falta. Hay hombres que necesitan el ascetismo, y otros que necesitan otra cosa. E incluso el mismo hombre no siempre necesita lo mismo, a veces quiere acción y dinamismo, a veces quiere reflexionar, otras juego y otras trabajo. Los hombres somos así y los intentos de cambiarnos fracasan siempre, o casi siempre. Si la condescendencia, la bondad y la compasión son lo más alto por qué la separatividad? No veo el ideal humano en ninguna virtud o credo determinado, y considero que lo más alto a que pueden aspirar los hombres es la armonía más perfecta posible en el alma del individuo. Quien alcanza esta armonía, consigue lo que el psicoanálisis llamaría la libre disponibilidad. Nunca he podido ser católico o judío, musulmán o budista, partidario de Bach o de Wagner; para mi la vida y la historia sólo tienen sentido y valor total en la diversidad con que Dios se presenta en inagotables configuraciones. Y por eso amo y venero la diversidad. Cuando uno está seguro del Ser Unico presta a la vida su conmovedora belleza y su variedad aparentemente irracional. Por esto junto a los espíritus de la libertad y la libre investigación, nunca he podido prescindir de aquella silenciosa grandeza cuya libertad jamás estuvo al servicio de la inteligencia y cuya fe y subordinación de lo personal siempre fue una necesidad profunda del corazón...
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