viernes, 25 de septiembre de 2009

AMATISTA


El púrpura ha sido considerado durante largo tiempo como un color Real de manera que no es sorprendente que la Amatista haya sido muy buscada a través de la historia. Leonardo Da Vinci escribió que la Amatista tenía el poder de disipar los malos pensamientos y de afinar la inteligencia. En la Edad Media las Amatistas eran muy solicitadas para decorar las iglesias y los vasos de las ceremonias religiosas eran de Amatista, ésta piedra está empapada en la magia antigua y es tan popular hoy como lo fue hace 2000 años. Su nombre proviene del griego (Amethystos) que significa estar sobrio o "despierto", "consciente", era un potente antídoto contra la embriaguez. Si trasladamos esto a la la Era de Acuario sabemos que entre los Rayos de energía cósmica que llegan a este Planeta para contribuir a nuestra evolución, nos ha sido otorgado el uso de su gran poder Transmutador. Su alta vibración desbarata y consume las viejas cristalizaciones físicas, etéricas, emocionales y mentales, que son nuestros habituales carceleros. La vida es libertad, crecimiento, consciencia, elevación y la única manera auténtica de alcanzar esos objetivos es ganarlos internamente. El Rayo Violeta es una energía radioactiva capaz de alterar nuestro entorno produciendo efectos de transmutación donde es dirigido. Transmutar significa cambiar lo negativo en positivo, del estar dormidos al estar despiertos. Esta energía o Rayo Violeta es observable en la Naturaleza, cuándo ésta entra en un proceso de transformación de sus elementos. En el Ser Humano actúa como magia transformadora de las cualidades sobre las que es aplicada. La Naturaleza se transmuta y cambia a sí misma cada tanto tiempo, renovándose y convirtiéndose en algo nuevo, lo vemos en las hojas de los árboles, que cada otoño caen, y en la primavera renacen. Igualmente sucede con las células de nuestro organismo, con la piel de la serpiente, las plumas de los pájaros; ocurre constantemente con el agua del río, el viento, el fuego y la tierra. Lo único que algunas veces no es sometido al proceso de transmutación y cambio es la mente y los sentimientos humanos, que por apego se anquilosan en el pasado, y es ahí donde surge el odio, el rencor y las cosas negativas. Quien crece en consciencia, empieza a sufrir menos por los hechos externos y temporales. La vida no lo golpea, lo pule. Cada transformación de consciencia es para reubicarse, para centrarse y evolucionar, abriéndose a otra concepción de la realidad, rompiendo moldes, desechando costumbres y arraigos intelectuales, supérfluos, dejándonos tan libres para transitar nuestro camino eligiendo a cada paso lo que resulte más benéfico para nosotros y para la humanidad.

1 comentario:

  1. Me han encantado amiga estas ultimas entradas,voy de apoquito a publicarlas, en estos días, abrazos de luz amiga.Mira que va ha ver premios y festejos el 30.te espero.

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