nuestro objetivo en la vida es dejar este mundo siendo una persona diferente a como llegamos. Esto es, en pocas palabras, la visión kabalística de la vida, se trata de cambio y crecimiento constante.
Una de las maneras en que somos ayudados a lograr este propósito es siendo empujados en una dirección distinta de aquella que nosotros nos trazamos, o ser empujados en general. En el curso de nuestras vidas, nos ponemos ciertas metas y trabajamos para alcanzarlas. Pero lo que realmente cuenta es que cambiemos en el proceso de lograr nuestros objetivos.
Se trata del viaje, no del destino.
Sí, los objetivos son esenciales, pues sin ellos no tendríamos dirección. Sin embargo, el logro de éstos no es para lo que nacimos. Nacimos para cambiar. Pero, a menudo, en el momento en que algo interfiere con nuestros planes, nos decepcionamos.
Una nueva manera de ver esto es sabiendo que hay una Fuerza más grande trabajando y asistiéndonos constantemente en nuestro proceso de cambio. Se trata de cambiar nuestra consciencia y disfrutar el proceso. Para entender esto mejor, podemos usar el ejemplo de Abraham, al que la mayoría de nosotros conoce como la primera persona que llegó a tener un entendimiento del Creador, por si solo. Cuando Dios se comunica por primera vez con Abraham, es para decirle:
“Vete de tu casa, vete de donde naciste, y ve a un lugar que te mostraré”.
Los kabalistas hacen una pregunta importante, “¿Por qué Dios no le dice a Abraham a dónde va?”
En esta pregunta encontramos el primer mensaje dado a Abraham: si vas a cumplir tu misión en este mundo, debes saber que no se trata de hacia dónde vas, sino acerca de los cambios por los que atraviesas para llegar ahí.
Otro concepto más profundo es que es seguro asumir que la mayoría de nosotros queremos ir más allá del lugar donde estamos ahora. Queremos ser mejores, más plenos, más conscientes y lúcidos. No obstante, este lugar que queremos alcanzar está más allá de nosotros, así que ¿cómo podemos verlo? No podemos. Es una falacia lógica.
Por lo tanto, el Creador le está enseñando a Abraham, y a toda la humanidad, que las bases de todo nuestro trabajo espiritual, nuestro propósito, sólo se manifestará cuando atravesemos por un proceso que algunas veces carece de claridad, un proceso que no siempre entendemos, un proceso que, según nuestra mente, nos aleja de los objetivos que queremos alcanzar.
El cambio por el que debemos atravesar durante el proceso es lo más importante.
Cuando internalizamos verdaderamente esta idea, las complicaciones que contorsionan el camino recto por el que habíamos esperado mantenernos no nos contrariarán. De hecho, las abrazaremos.
Hay un verso hermoso de Isaías: “aquéllos que caminan en la oscuridad verán una luz grandiosa”. Lo que esta línea maravillosa nos enseña es que el sendero de la vida es a menudo difícil y oscuro, y en momentos podemos sentir que nos hemos desviado del camino por completo. Y aún así, paradójicamente, es el proceso de empujarnos, a pesar de la falta de claridad, lo que nos dará la claridad y nos acercará a ver las grandes bendiciones en nuestras vidas.
Para internalizar verdaderamente esta enseñanza, cuando tus planes u objetivos se descarrilan o se interrumpen, en lugar de desplomarte y llenarte de dudas, emociónate por ello y continúa empujando. Sigue preguntando dónde puedes revelar Luz y date cuenta de que la vida te esta llevando por aquí porque es la mejor manera para que cambies y reveles tu potencial, ahora.
Confía en el proceso. Advierte que lo que te pasa a través de los desafíos, cambios y curvas hacia tu objetivo, son el objetivo.
Una de las maneras en que somos ayudados a lograr este propósito es siendo empujados en una dirección distinta de aquella que nosotros nos trazamos, o ser empujados en general. En el curso de nuestras vidas, nos ponemos ciertas metas y trabajamos para alcanzarlas. Pero lo que realmente cuenta es que cambiemos en el proceso de lograr nuestros objetivos.
Se trata del viaje, no del destino.
Sí, los objetivos son esenciales, pues sin ellos no tendríamos dirección. Sin embargo, el logro de éstos no es para lo que nacimos. Nacimos para cambiar. Pero, a menudo, en el momento en que algo interfiere con nuestros planes, nos decepcionamos.
Una nueva manera de ver esto es sabiendo que hay una Fuerza más grande trabajando y asistiéndonos constantemente en nuestro proceso de cambio. Se trata de cambiar nuestra consciencia y disfrutar el proceso. Para entender esto mejor, podemos usar el ejemplo de Abraham, al que la mayoría de nosotros conoce como la primera persona que llegó a tener un entendimiento del Creador, por si solo. Cuando Dios se comunica por primera vez con Abraham, es para decirle:
“Vete de tu casa, vete de donde naciste, y ve a un lugar que te mostraré”.
Los kabalistas hacen una pregunta importante, “¿Por qué Dios no le dice a Abraham a dónde va?”
En esta pregunta encontramos el primer mensaje dado a Abraham: si vas a cumplir tu misión en este mundo, debes saber que no se trata de hacia dónde vas, sino acerca de los cambios por los que atraviesas para llegar ahí.
Otro concepto más profundo es que es seguro asumir que la mayoría de nosotros queremos ir más allá del lugar donde estamos ahora. Queremos ser mejores, más plenos, más conscientes y lúcidos. No obstante, este lugar que queremos alcanzar está más allá de nosotros, así que ¿cómo podemos verlo? No podemos. Es una falacia lógica.
Por lo tanto, el Creador le está enseñando a Abraham, y a toda la humanidad, que las bases de todo nuestro trabajo espiritual, nuestro propósito, sólo se manifestará cuando atravesemos por un proceso que algunas veces carece de claridad, un proceso que no siempre entendemos, un proceso que, según nuestra mente, nos aleja de los objetivos que queremos alcanzar.
El cambio por el que debemos atravesar durante el proceso es lo más importante.
Cuando internalizamos verdaderamente esta idea, las complicaciones que contorsionan el camino recto por el que habíamos esperado mantenernos no nos contrariarán. De hecho, las abrazaremos.
Hay un verso hermoso de Isaías: “aquéllos que caminan en la oscuridad verán una luz grandiosa”. Lo que esta línea maravillosa nos enseña es que el sendero de la vida es a menudo difícil y oscuro, y en momentos podemos sentir que nos hemos desviado del camino por completo. Y aún así, paradójicamente, es el proceso de empujarnos, a pesar de la falta de claridad, lo que nos dará la claridad y nos acercará a ver las grandes bendiciones en nuestras vidas.
Para internalizar verdaderamente esta enseñanza, cuando tus planes u objetivos se descarrilan o se interrumpen, en lugar de desplomarte y llenarte de dudas, emociónate por ello y continúa empujando. Sigue preguntando dónde puedes revelar Luz y date cuenta de que la vida te esta llevando por aquí porque es la mejor manera para que cambies y reveles tu potencial, ahora.
Confía en el proceso. Advierte que lo que te pasa a través de los desafíos, cambios y curvas hacia tu objetivo, son el objetivo.
M. Berg (Centro de Kabbaláh)
Excelente artículo. Así es, venimos a aprender, a cambiar, a mejorar. Y así como podemos evaluar lo andado y lo logrado luego de hacerlo, no sabemos en forma cierta hacia dónde nos dirigimos. Es un desafio, pero debemos confiar en el proceso...
ResponderEliminarUn abrazo.
(qué lindo llegar aquí y escuchar esta bella música)
hola amiga
ResponderEliminarte felicito muy bello tu escrito y pues ake mas venimos aki si no es a eso
te dejo un abrazo y feliz inicio de semana
hasta luego
tu aniga
hada 31
Hola! Ayer descubrí tu blog y me encantó.
ResponderEliminarLas palabras que has citado en este post me hicieron reflexionar, es justamente lo que estaba necesitando recibir en mi corazón.
Estoy en un momento de cambio y de grandes decisiones, y siento que lo importante es que yo cambie por dentro para que el nuevo rumbo tenga sentido.
Incluso la foto que elegiste parece dedicada a mí, porque mi decisión radica en si me mudo a Salta con mis hijas o no... Y el paisaje se parece mucho a cuando uno llega con el micro a esa ciudad tan mágica.
Gracias, miles de gracias por este post, si me lo permitís, me llevo el texto para tenerlo presente en estos momentos que vivo.
Cariños, Adriana.
QUE LINDO ESCRITO AMIGA, ESTOS CAMBIOS SON NECESARIOS PARA VIVIR EL DIA A DIA,DESEO QUE TENGAS UN HERMOSO DOMINGO TE DEJO MUCHOS ABRAZOS Y BESITOSSSSSSSSS BUENAS NOCHESS.
ResponderEliminarCierto,en esas estamos!:)gracias por tan lindo espacio y por tu visita al mio.Hasta pronto!
ResponderEliminarAcabo de aterrizar en tu buen blog... Estoy en Sintonía contigo.. a través de mi conciencia de DIOS en mi y en todo...como PRESENCIA que nos invita a crecer, a aprender...para poder AMARLE sin medida y colaborar con el PROPOSITO de toda vida y manifestación : Ser Testimonios y darTestimonio de ÉL...PADRE, HIJO Y ESPIRITU...todo en cada uno... como UNIDAD en cada pensamiento, palabra y obra...
ResponderEliminarCaminamos juntas, hermana...hermanas... desde esa Conciencia Única y múltiple a al vez en cad una-o.
Iré siguiendo tus pasos...a tu lado.
Un Abrazo compartido..
Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com
... ...traigo
ResponderEliminarde
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazon
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesia ...
AFECTUOSAMENTE
DESCUBRIENDO NUESTRO INTERIOR
jose
ramon...
Somos permanente cambio.....yo creo que nacimos para experimentar todo aquellos que no somos. Y todo es perfecto hasta la imperfección, es perfecta que así sea.
ResponderEliminarSaludos por primera vez... me presento retomando tu invitación a pasearme por tu casa. Va a ser muy interesante leer tu blog, mucho.
ResponderEliminarPermíteme de entrada un comentario -mira que tengo habilidad para ser honesta y buscarme problemas... NOOO, no te asustes). Nunca he buscado la relación con elmundo que tú tratas, más bien lo he rehuído. Pienso o pensaba que lo pragmático es lo único que me permite sobrevivir. la scircunstancias de vida terribles desde casi siempre, hacen que la angustia y el temor me rodeen... pero, ni aún así, permito que la nostalgia pase de largo. Pero mira, he entrado en tu blogg, ha sonado la música y me he quedado escuchando casi como sacando el aire de dentro, un aire de mucho tiempo retenido... así que, con tu permiso, será un placer añadirte a mis favoritos amigos.
Un abrazo desde Castellón, ciudad española tocando el Mediterráneo.