Eso eran:
Diminutos seres mágicos
que vestían de fiesta
las noches estivales
de mi infancia.
Hoy he venido al jardín
de los recuerdos,
a pedirles un favor:
Si alguna vez,
por obra del azar
o del destino
al otro lado del camino
volvemos a encontrarnos,
devuélvanme la luz
de aquellos días...
No dejen de brillar.
A. Alba
Bellos deseos para este, nuestro tiempo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Que esa esperanza realizada en verso sea real pues las "vagalumes" como se denominan en galego son una verdadera preciosidad que cada vez las veo menos, casi siempre en las cunetas de los caminos. La Naturaleza hasta cambia en eso.
ResponderEliminarMagnífica manera de acercarnos a esa luz que debe intensificarse cada vez más al unísono.
Un abrazo con cariño y feliz sábado, amiga...
Que bellas palabras le dedicas al mágico jardín de los recuerdos de infancia amiga Alba. Precioso poema y que esas luces iluminen siempre y jamás se apaguen.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga y te deseo un bendito mes de agosto.
Que hermoso recuerdo nos traes Adriana, en esas metáforas del encuentro, en la serena y apacible noche del verano, en un tiempo ya pasado, cuando las luciérnagas como nomos, nos iban pintando la senda con su fluorescente cuerpecito…era realmente algo mágico y con ello nos hemos quedado y siempre despertará ese fértil entusiasmo. Gracias por compartir. Sed felices siempre.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Hola! Quién no volvería a vivir alguna época pasada... Qué dulces palabras evocando el pasado.
ResponderEliminarTe sigo, te espero por mi rincón,
Un saludo.
https://marca-indeleble.blogspot.com/
escribimos no escribimos nos envuelve algo a lo cual no puedo ponerle letras es terrible sin futuro Tu magia mi querida sigue siempre INTENSA
ResponderEliminarque nunca nos falten los fósforos para seguir brillando aún en la oscuridad
EliminarCreo que traer a recordación de la infancia, y su magia con estos insectos alados mágicos, que llevan la luz por dentro, es refrescante: cocuyos, les llamamos por aquí. En sectores rurales del llano colombiano, los cogen y los echan en una vejiga de res, y alumbran mejor que una bombilla industrial: luz natural. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarEsa luz especial es como una semilla guardada entre los pliegues de nuestro corazón. Yo creo que no muere nunca, sólo que está enterrada por las capas acumuladas del mismo existir.
ResponderEliminarCómo te comprendo... Me hiciste pensar.
¡Que nunca pierda su gran brillo la tuya, amiga!
Un fuerte abrazo :)
Lindo poema amiga, lleno de luz y recuerdos. Saludos.
ResponderEliminarTú brillas siempre.
ResponderEliminarMejor dicho, no sólo brillas... tú DESLUMBRAS!!!
Besos.
Qué hermosos versos! Cuánto más los leo, más me gustan, están llenos de luz. Gracias! Un beso fuerte.
ResponderEliminarbuenos dias Adri,gracias por pasar a saludarme amiga,aca estamos con bastante calor y con esta pandemia que no quiere irse amiga,te mando mucho animo y fuerza para seguir cuidandote,tengamos fe que pronto todo esto pasara,te mando un abrazo apretadito,cuidate amiga,hasta pronto!!!!!!
ResponderEliminarEvocador recuerdo lleno de luz y sensibilidad. Precioso tu texto que llena de esperanza este día de domingo.
ResponderEliminarCariños, Adriana.
Precioso poema, Adriana, lleno de ternura y esperanza.
ResponderEliminarQue la magia retorne.
Abrazo.
Recuerdos estivales y preciosos deseos, unos palabras llenas de sentimiento vivo. Qué gusto leer cosas así en los tiempos que corren.
ResponderEliminarEsa luz pura de la inocencia... Quizá siga encendida. Ojalá.
ResponderEliminarFuerte abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPreciosa la foto i el poema una maravilla...Y es que son tan bonitas las luciérnagas! yo hace tiempo que no he visto ninguna, ahora como las tuyas, estan en el jardin de los recuerdos...Parecen estrellitas caídas del cielo, o pequeñas hadas voladoras...
ResponderEliminarBesitos, Adriana.
Hago mios tus versos, Adriana. Que las luciérnagas nos devuelvan la inocencia y la luz de aquellos días lejanos...No perdamos de vista la niña interior, que nos salva de los miedos y del acoso del tiempo, amiga.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo de luz y rosas por tu cercanía y buen hacer.
Yo también las añoro... Qué delicia de versos, Adriana, puros de ternura y magia.
ResponderEliminarAbrazo agradecido hasta vos amiga!!
hermosa poesía y también inspiro mis recuerdos de infancia que a menudo veían luciérnagas volar y me hacían correr tras ellas.
ResponderEliminarAhora nunca veo luciérnagas ...
Con la imagen y la poesía me trajiste a la memoria esos insectos con abdomen luminoso que por cierto como a ti son recuerdos de mi infancia.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Adriana.Tu hermosa poesia me ha llevado a la infancia.A los niños nos encantaba contemplar y admirar el maravilloso brillo y resplandor de las luciérnagas.
ResponderEliminarEs de desear que siga brillando siempre en nosotras la luz de la admiración y contemplación propias de la infancia, para aportar ilusión y esperanza a nuestro alradedor.
Un abrazo
Muy belo o teu poema. A magia da luz é surpreendente!
ResponderEliminarGostei muito!
Saludos!
A.S.
Hoy tus letras me llenaron de magia y nostalgia.
ResponderEliminarUn abrazo enorme querida Adriana.
ADRIANA
ResponderEliminarSentimental, emotivo, cálido, y envuelto en añoranza, tu deseo es muy tierno, y deja una aureola tras el, de recuerdos y momentos vividos, almacenados en tu corazón, a los que quisieras retornar.
Un placer acompañarte, amiga.
Te dejo mi afecto.
LÚCAS
Que no dejen de brillar.
ResponderEliminarBesos.
Hola Adriana !! Una hermosura tu poema, recuerdos de las noches calurosas persiguiendo a estos seres luminosos con los frascos de dulces, hermosa diversión y ahora después de muchos años con esa esperanza esperando una luz de ternura que ilumine el planeta. Un abrazo querida Amiga!!!
ResponderEliminarSi, que nos devuelvan la luz y la inocencia...
ResponderEliminarPaz
Isaac
Un poema sentimental y muy
ResponderEliminaremotivo mi amiga,de instantes
vividos.
Besitos dulces
Siby
Realmente hermoso. Me gustó. La infancia es un buen lugar para recuperar su calor y los sueños. Y lo dices muy bien.
ResponderEliminarCuídate.
Qué hermoso poema !!!Esas lucecitas intermitentes que tanta alegría nos daban en nuestra infancia que nunca se apaguen en nuestro corazón, después de todo nada más hermoso como decís, volver al jardín de los recuerdos y que brille la luz nuevamente.
ResponderEliminarUn beso enorme querida amiga.
REM
“El tiempo nos ha vaciado de fulgor.
Pero la oscuridad
Sigue poblada de luciérnagas.”.
Gioconda Belli
Adriana concuerdo con Torito que tu luz es intensa y emvolvente. Tus letras vibran magneticas asi que es una felicidad volver a leerte siempre!
ResponderEliminarBellisimo poema!!!gracias abrazo.
ResponderEliminarBichitos de luz, llamaban mis niños a las luciérnagas. Que tiempos aquellos. Luego, en la ciudad de luces de neón, no los vimos mas...
ResponderEliminarPrecioso tu poema, evocador...
Mil besos.
Luciérnagas! qué hermosas y qué poco se las ve en estos tiempos...me llevaste a la infancia Adri. Besos!
ResponderEliminarY me olvidé de decirte que me ha inspirado tu bello poema...pero ya lo sabés. Abrazo!
EliminarHola Adriana, me ha encantado leerte, afortunadas somos si aún podemos descubrir luciérnagas, aquí en Andalucía es muy frecuente verla de noche en el jardín debajo de los árboles y alrededor de la piscina, sobre todo desde finales de junio y de de agosto. Te lo digo porque las he visto y verlas ha sido tan mágico que me han transportado a otro mundo mágico donde todo es posible.
ResponderEliminarUn gran abrazo!
Como siempre felicidades por tus poemas y por tu aniversario, aunque sea tarde pero es mejor que nunca. Un abrazo
ResponderEliminarMuy bonito ese recuerdo de la tierna infancia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Adriana.
Hermoso!! tus letras son un grito de esperanza, besos.
ResponderEliminarHola Adriana, la infancia está llena de recuerdo de esos que te llenan el alma.
ResponderEliminarUn abrazo de luz.
Nuestra infancia está repleta de bellos recuerdos. Precioso poema Adriana.
ResponderEliminarBesos.
ResponderEliminarBichitos de luz, los llamaban mis niños de chiquitines... Y yo les escribí un poema que aún lo recuerdan.
Abrazo y milbesos.
Oh.. qué hermosura!!!
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