Cuenta la leyenda que, poco tiempo después de su iluminación, Buda salió a pasear por los campos. En el camino se encontró con un campesino. Éste se quedó impresionado con la luz que emanaba del maestro.
– Amigo, ¿quién eres? – preguntó – Pues tengo la sensación de que me encuentro delante de un ángel, o de un Dios.
– No soy nada de eso – respondió Buda.
– Entonces, ¿qué te hace tan diferente de los demás, que hasta un simple campesino como yo es capaz de percibir esa luz?
- Sólo soy alguien que ha despertado a la vida, mientras los otros duermen. Nada más que eso. Pero cuando digo esto a la gente, nadie me cree.
– ¿Qué es “despertar a la vida” ?
– Significa prestar atención a cada instante, y eso basta. No hay nada que dé más placer al hombre. El día está dividido en millones de momentos, y aquél que se concentra en el presente termina irradiando la misma luz que irradio yo.
– Ésa es una tarea imposible para un campesino.
– Los santos lo consiguen, y son personas iguales que tú. Haz un poco de esfuerzo, y serás igual a los santos y maestros que viven en el Himalaya.
El campesino continuó:
– Procuro respetar a los dioses, pero siempre hay algún problema en casa que no me deja concentrarme.
– Buda se le acercó y, sin motivo alguno, le dio una bofetada.
El campesino se asustó.
– ¿Te merecías esa bofetada? – preguntó el Iluminado.
– Desde luego que no. Desde que llegaste, he sido humilde, y he sabido reconocer la luz que emana de ti.
– Entonces, ¿por qué no la has evitado?
– Porque no he reaccionado con rapidez.
– Los problemas que tenemos en casa, o en nuestro trabajo, deben servir para enseñarnos a reaccionar con rapidez. El que no aprende esta lección tan simple, vive siempre dominado por el sufrimiento, y nunca podrá honrar a los dioses como ellos merecen.
– Intento siempre actuar del mejor modo posible, pero la vida del hombre común es diferente, y parece que tú no me entiendes. Te daré un ejemplo: siempre que voy al mercado a vender mis productos, hay un comerciante que me intenta humillar. Hace unos días, no pude aguantar más el modo en que me trata y acabé golpeándole en la cabeza con mi paraguas. Saber que mi corazón alberga tanto odio me llena de vergüenza.
– Actuaste de forma equivocada al odiarlo – dijo Buda, sonriendo – La próxima vez que ese hombre desprecie tu trabajo, procura llenar de bondad tu corazón. Y vuelve a golpearle en la cabeza con el paraguas, pues parece que sólo entiende ese idioma.
Buda se preparó para partir. Pero el campesino le pidió un minuto más, y le dijo:
– Mira esos árboles. Mira esos pájaros en el cielo. Siempre que vengo a ocuparme de la labranza, veo que están en perfecta armonía con la naturaleza. Encontraron su lugar en el proyecto divino. Por otra parte, yo tengo que sudar para mantener mi vida bajo control. ¿Por qué razón tratan los dioses a los pájaros y a los árboles de forma mucho más generosa?
– Porque un buen padre es siempre más exigente con su hijo predilecto.
– ¿No puedes quedarte por lo menos esta noche en mi casa, para que pueda aprender un poco más de ti?
– ¿Qué pasaría si un campesino pusiese cada vez más abono en la tierra? – preguntó el Iluminado.
El campesino le explicó que el primer año, la cosecha sería excelente. El segundo año, sería más abundante, pero el cereal perdería calidad.
– Y si siguiese aumentando la cantidad de abono, al tercer año la cosecha ya no tendría ningún valor, ¿verdad? Nuestra charla ha sido larga y ha versado sobre asuntos importantes. Procura recordarla, con eso basta.
– Amigo, ¿quién eres? – preguntó – Pues tengo la sensación de que me encuentro delante de un ángel, o de un Dios.
– No soy nada de eso – respondió Buda.
– Entonces, ¿qué te hace tan diferente de los demás, que hasta un simple campesino como yo es capaz de percibir esa luz?
- Sólo soy alguien que ha despertado a la vida, mientras los otros duermen. Nada más que eso. Pero cuando digo esto a la gente, nadie me cree.
– ¿Qué es “despertar a la vida” ?
– Significa prestar atención a cada instante, y eso basta. No hay nada que dé más placer al hombre. El día está dividido en millones de momentos, y aquél que se concentra en el presente termina irradiando la misma luz que irradio yo.
– Ésa es una tarea imposible para un campesino.
– Los santos lo consiguen, y son personas iguales que tú. Haz un poco de esfuerzo, y serás igual a los santos y maestros que viven en el Himalaya.
El campesino continuó:
– Procuro respetar a los dioses, pero siempre hay algún problema en casa que no me deja concentrarme.
– Buda se le acercó y, sin motivo alguno, le dio una bofetada.
El campesino se asustó.
– ¿Te merecías esa bofetada? – preguntó el Iluminado.
– Desde luego que no. Desde que llegaste, he sido humilde, y he sabido reconocer la luz que emana de ti.
– Entonces, ¿por qué no la has evitado?
– Porque no he reaccionado con rapidez.
– Los problemas que tenemos en casa, o en nuestro trabajo, deben servir para enseñarnos a reaccionar con rapidez. El que no aprende esta lección tan simple, vive siempre dominado por el sufrimiento, y nunca podrá honrar a los dioses como ellos merecen.
– Intento siempre actuar del mejor modo posible, pero la vida del hombre común es diferente, y parece que tú no me entiendes. Te daré un ejemplo: siempre que voy al mercado a vender mis productos, hay un comerciante que me intenta humillar. Hace unos días, no pude aguantar más el modo en que me trata y acabé golpeándole en la cabeza con mi paraguas. Saber que mi corazón alberga tanto odio me llena de vergüenza.
– Actuaste de forma equivocada al odiarlo – dijo Buda, sonriendo – La próxima vez que ese hombre desprecie tu trabajo, procura llenar de bondad tu corazón. Y vuelve a golpearle en la cabeza con el paraguas, pues parece que sólo entiende ese idioma.
Buda se preparó para partir. Pero el campesino le pidió un minuto más, y le dijo:
– Mira esos árboles. Mira esos pájaros en el cielo. Siempre que vengo a ocuparme de la labranza, veo que están en perfecta armonía con la naturaleza. Encontraron su lugar en el proyecto divino. Por otra parte, yo tengo que sudar para mantener mi vida bajo control. ¿Por qué razón tratan los dioses a los pájaros y a los árboles de forma mucho más generosa?
– Porque un buen padre es siempre más exigente con su hijo predilecto.
– ¿No puedes quedarte por lo menos esta noche en mi casa, para que pueda aprender un poco más de ti?
– ¿Qué pasaría si un campesino pusiese cada vez más abono en la tierra? – preguntó el Iluminado.
El campesino le explicó que el primer año, la cosecha sería excelente. El segundo año, sería más abundante, pero el cereal perdería calidad.
– Y si siguiese aumentando la cantidad de abono, al tercer año la cosecha ya no tendría ningún valor, ¿verdad? Nuestra charla ha sido larga y ha versado sobre asuntos importantes. Procura recordarla, con eso basta.
Uno hace más fuerte a alguien cuando le ayuda un poco. Pero lo debilita si le ayuda mucho.
Sí amiga, es que el camino del alma es un camino muy solitario. Además yo soy de las que piensan que no existe un sólo camino único válido para todas las almas, sino que cada persona es un mundo diferente, que cada uno debe encontrar su propia verdad, que no hay una única verdad , sino tantas como personas para crearla.
ResponderEliminarBonito post. Besos!
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Querida amiga, vine a desearte un feliz fin de semana. Te dejo un abrazo a la distancia.
Nos sumerges en una interesante reflexion,
ResponderEliminargracias por compartir tu buen texto.
que disfrutes el fin de semana.
un beso.
Excelente cuento !!! invita a reflexionar sobre como actuamos en lo cotidiano. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo !!!!
Todo proceso necesita trasmutación y cambio, es trascender fronteras y vencer al tiempo, con el pensamiento universal, es crear nuestro propio mundo con inquilinos como el amor, la dulzura, la tolerancia y el mas importante huésped, el respeto por la diferencia.
ResponderEliminarBuenas tardes Adriana hermosa entrada todo lleva su tiempo, espero estes bien paso a dejarte mi saludo, te dejo un verso muy bonito..
ResponderEliminar( El mundo necesita rosas y no espinas , puentes y no muros, unir y no dividir
amor y no odio, paz y no guerra , amistad y no enemistad, pero de lo que mas necesita el mundo, es de Vos para hacer la diferencia )
Que tengas un bello fin de semana abrazosss y besosss
Sandra.
Muchas gracias Adriana Alba!Excelente ayuda nos acabás de dar con este hermoso texto lleno de sabiduría...
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana!
Besitos!
gracias!!
ResponderEliminarde una forma sencilla y directa,nos haces reflexionar sobre nuestro día a día..
un abrazo y buen finde
HOLA ADRIANA!
ResponderEliminarHermoso relato, donde observo que también el campesino está en el camino de la iluminación, llega a decir que los árboles "encontraron su lugar en el Proyecto Divino"
Un gusto venir a leer Adriana!
ABRAZO!!!
muy buen relato y una preciosa reflexion amiga,muchas gracias por traernos siempre relatos con reflexiones que nos hacen pensar.
ResponderEliminarun abrazo amiga para ti y para todos los que te visitan.
Hola Adriana, tu y yo compartimos muchas lecturas, esta de Buda, ya la conocía soy fan de Buda todo su contenido es absolutamente sabiduría.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Mucho placer pasar por tu casa.
Hasta pronto un abrazo.
hola. maravillosas reflexiones saco de este hermoso cuento. Besos
ResponderEliminarAdriana que lindo relato nos traes hoy, para reflexionar sobre nuestra forma de actuar diariamente. Buenos consejos recibió el campesino, habrá que pensar sobre ellos. Besitos y buen fin de semana.
ResponderEliminarHola Adriana,,,un lindo relato con una bella reflexión!!!!gracias amiga!!!!
ResponderEliminarBesitos y buen fin de semana!!!!
Gracias Adriana!
ResponderEliminarExcelente tarea para la vida. Estar presentes!
Aquí y Ahora. Es la única manera de esquivar una bofetada...
Abrazo de luz, Mirta
Es una bella historia, las cosas que podemos mostrar a nuestros semejantes son las obras que hacemos delante de sus ojos, a veces el ejemplo es un buen profesor, mas cada uno sabe en su corazon lo que esta aprendiendo y tambien lo util que le puede ser
ResponderEliminarExcelente reflexión, algunas veces no terminamos de aprender a esquivar la bofetada. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarGracias por tan estupenda entrada.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos de fin de semana, guapa.
Hola Adriana, no te puedes imaginar lo que me ayuda leerte, cada vez estoy más convencida de que llegué hasta tu blog por algo. Necesitaba urgentemente leer la última frase, me llegó en el momento justo. Mil gracias de nuevo amiga... Un abrazo lleno de amor.
ResponderEliminarGracias Adriana. Muchas veces cometemos esos errores con los hijos y no nos damos cuenta que son ellos los que tienen que hacerse fuertes. Hijos fuertes....con corazón blando.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Precioso texto querida amiga, es perfecto para prarnos un momento y reflexionar sobre el tema. Un beso grande y mucho cariño
ResponderEliminar"Que vivan las mujeres que sueñan con dormir... y duermen. Que vivan las mujeres que apagan sesenta velas porque cumplieron sesenta años. Que vivan las mujeres que dejaron de ordenar las cosas que los demás desordenaron".
ResponderEliminarQue vivan las mujeres que se atreven a vivir... ¡Que vivan!
Dedicado a todos los MUJERONES del Planeta.
Una historia interesante con una glosa final llena de enseñanza. Saludos.
ResponderEliminarUn placer siempre pasar por tu espacio.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo enorme.
Preciosa entrada y gran lección de Buda . el vivir el presente , hacer impotante (lo más impotamte en tu vida lo que haces en cada momento) te hace vivir si vas a regar no hay nada mas importante que el rosal que riegas , si estás con un hermano es lo mas importante ,los demás no están, si sabes vivir el presente estas aprendiendo que es la eternidad ,
ResponderEliminar¡Gracias por tan sabia entrada!
Genial historia, Adriana, me ha encantado. Me quedo con la última frase. Es buenísima.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Qué hermoso post, Nena.
ResponderEliminarEs muy cierto que dar tiene que tener medida, para ayudar sin anular.
Me quedé pensando en ese de dar paraguazos pero con amor, ja ja ja
Un abrazote inmenso, para vos, en nuestro día, amiga. Y a seguir luchándola!!
Hola querida Adriana... por fin llego...
ResponderEliminarBonita y profunda historia...
Estar despiertos es abrir nuestra Conciencia a cada instante con frescor... desde la liberación de los obstáculos que son la basura mental y emocional con la que nos hemos ido identificando.
La naturaleza nos enseña mucho de vivr en ese abandono y confianza... Aunque nosotros generamos obstáculos... y trascendiéndolos es como crecemos...
Esa PUREZA DE CORAZÓN debe acompañarnos pues es nuestra esencia Crística... nuestra CONCIENCIA PRIMORDIAL... nuestro DESPERTAR.
La historia da para más... pero lo dejaré aquí.
Te dejo... mi especial Abrazo de LUZ Diamantina, hermana... de Corazón a Corazón.
Gracias... por estar cerca... por venir.
Carmen.
Hola:
ResponderEliminarmuchas veces, nos encontramos tan atormentados, que no vemos que la luz la tenemos enfrente, y creo que al espíritu, hay que alimentarlo día con día, derramar en él una pequeña gota de luz para que pronto podamos reflejarla.
MUCHOS BESOS
Maravilloso texto , besitos Alba
ResponderEliminarLa , Musa ...