PENSAMIENTO POSITIVO

Mucho se ha hablado últimamente acerca de la importancia del pensamiento positivo. Algunas personas lo aceptan como un recurso verdaderamente eficaz y otras consideran que sólo se trata de una actitud ingénua ante la realidad de una vida llena de problemas y conflictos. Pero ¿que es exactamente el pensamiento positivo? ¿Es pintar con colores agradables las situaciones adversas? ¿Se trata de ocultar a nuestros ojos aquello que nos hace daño o nos molesta? ¿Consiste en negar la realidad e imaginarnos un mundo mejor? Nada de eso. En principio, conviene aclarar que el pensamiento, como todo lo que nos rodea, e incluso nosotros mismos, es una forma de energía. Por una ley de la Física, sabemos que la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma. Por ejemplo, el agua al hervir, se transforma en vapor, y al congelarse, en hielo, pero sus componentes químicos siguen siendo los mismos: hidrógeno y oxígeno. El leño que quemamos en una estufa se convierte en calor, gases y luz, y así cada cosa que nace o se degrada en el Universo tiene su punto de transformación en el cual deja de ser algo para seguir existiendo en otro estado. ¿En que creemos nosotros que se transforma el pensamiento una vez que es formulado? Se transforma en circunstancias de vida que se amolden a ese pensamiento. Es decir, se transforma en una energía creadora de nuestra propia realidad. Cada uno de nosotros construye su propia realidad a partir de las creencias más profundas, creenias que, siendo ellas mismas pensamientos, habrán de marcar, además, el futuro modo de pensar. Somos antenas receptoras y transmisoras de pensamientos y captamos, al igual que un receptor de radio, aquello con lo cual estamos sintonizados. Si estamos sintonizados con pensamientos de buena salud, prosperidad, armonía, amor, será precisamente eso lo que recibiremos de la vida. Pero si, por el contrario, nuestros pensamientos se detienen en la enfermedad, la escasez, el odio, el rencor, enconces nuestra vida carecerá de sentido, y sólo sufrimientos y problemas se manifestarán día a día, porque habremos perdido la capacidad de gozar y disfrutar aquellas cosas, que, aunque sencillas, pueden hacernos tremendamente felices. Uds. dirán que desaparecerán de nuestras vidas los problemas? No, pero tendremos una manera más positiva de enfrentarlos!!! Nuestra actitud mental, además, es recibida e interpretada por el inconsciente de otras personas, estableciéndose así un diálogo de inconsciente a inconsciente. De esta manera, si mantenemos una conversación con alguien de quien pensamos cosas bien diferentes de las que decimos, la otra persona recibirá junto con nuestras palabras el segundo mensaje, ese que no nos atrevimos a decir, y aunque no sepa bien el porqué, experimentará hacia nosotros sentimientos o pensamientos parecidos al que se alberga en nuestra mente profunda. Esta metacomunicación ha de determinar el tipo de relación más que las palabras pronunciadas en el nivel consciente. A todos nos ha pasado alguna vez escuchar a una persona decir cosas maravillosas y sin embargo no creerle (y a veces, hasta nos provoca cierto rechazo), o aún entrar en un lugar en el que naturalmente nos sentimos cómodos o incómodos sin haber estado nunca antes allí. Esto tiene que ver con una lectura inconsciente de las energías psíquicas que se mueven en ese lugar y nos advierten de la conveniencia o no de permanecer en ese sitio. Cada palabra que pronunciamos, cada idea que pensamos, cuando son aceptadas como verdaderas, son ejecutadas por nuestra mente inconsciente como una órden y nuestra vida se orienta en esa dirección. Vivimos en un Universo de signos en el cual la palabra hablada es el embrión que materializará a la palabra pensada. Comencemos a tomar consciencia de lo que decimos y pensamos y tratemos de aplicar el pensamiento positivo cuantas veces podamos durante el día. No tardaremos en descubrir como cambian las circunstancias de nuestra vida.

..."Quisiera conocer los pensamientos de DIOS, lo demás son detalles..."

A. Einstein