De pequeño tuve una caja de zapatos que llegó a ser mi juguete preferido, entre otras cosas porque no tenía otro. Pero envejeció más deprisa que los zapatos que había llevado dentro, de manera que a mi caja se le cayó un día la primera a y se quedó en una cja, que así, a primera vista, parece un juguete yugoslavo. Busqué entre las herramientas de mi padre una a de repuesto, pero no había ninguna y tuve que sustituirla por una o. De este modo, sin transición, tuve que olvidar la caja para hacerme cargo de una coja, lo que es tan duro como pasar directamente de la niñez a los asuntos. Jugué mucho con aquella coja, todavía la recuerdo, pero se fue haciendo mayor también y un día se le cayó la jota. Hay quien piensa que las vocales se estropean antes que las consonantes, pero yo creo que vienen a durar más o menos lo mismo. El caso es que tampoco encontré entre los tornillos de mi padre una jota en buen uso, así que la sustituí por una pe que estaba prácticamente sin estrenar. La coloqué en el lugar de la jota y me salió una copa estupenda, con la que he bebido de todo hasta ayer mismo, que se me cayó al suelo y se rompió. A decir verdad, se rompió justamente por la pe, y como es muy antigua no he encontrado en ninguna ferretería una igual. Ayer fui a casa de mis padres, y después de mucho rebuscar en el trastero di con una ese que no desentona con el conjunto. O sea, que ahora tengo una cosa, pero no sé qué hacer con ella. La caja, la coja y la copa eran muy útiles para guardar secretos, jugar o emborracharse. Pero la cosa me da miedo; además, la escondí en el bolsillo interior de la chaqueta, de manera que desde ayer tengo una cosa aquí, en el pecho, que me llena de angustia. Lo peor de todo es que, como no sé qué es, tampoco sé cómo se rompe.
Qué vida, ¿no?
Juan José Millás
Juan José Millás
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Me encantó éste microcuento de Millás, me identifique con ésa "caja" y su metamorfosis, en ocasiones me he sentido una "cja" -incomprensible y extraña, como un idioma desconocido-, otras fui "coja" sentía que me faltaba o sobraba algo emocionalmente....otras copa, que siempre traté de ver "medio llena" aún en los días en que me sentía coja...y también tengo esos días en que siento esa- "cosa", aqui en mi pecho, que suele darme miedo, pero luego se pasa. En todo caso, siempre puedo recurrir a algún ángel amigo que esté de "turno"; ésos que están "abiertos" las 24hs.
Muy bueno Adriana! Me pasó lo mismo, me he sentido caja, coja, copa y cosa también. La caja que contiene, coja en muchos momentos en los que me cuesta todo, copa de la que doy de beber pero rara vez sacia mi propia sed y cosa... no, cosa es eso que duele y uno no sabe qué es. Eso que duele en el corazón y no quiere curarse...
ResponderEliminarbesosss
Adriana,el micro es tremendamente sugerente...Cuando somos pequeños vemos y tenemos "cosas materiales..."hasta que descubrimos que,también hay "cosas espirituales"que no se palpan y no se desgastan,ni se rompen,forman parte de nosotros y van y vienen a todas partes...Los sentimientos nos ayudan a crecer por dentro y cuando los compartimos, también ayudamos a que crezca y se renueve el mundo interior de los demás.
ResponderEliminarMi gratitud por compartir y mi abrazo grande,amiga.
M.Jesús
Muy bueno Adri, un juego de vocales y consonantes que se convierte en un divertido y bien hecho, micro cuento.
ResponderEliminarBello.
Besos Adri.
siempre lo voy a decir tu blog me encanta, y lo curioso de esto es que tus historias ,(por lo menos para mi9, son historias que nunca habia leido, estoy aprendiendo algo nuevo cada vez que entro a tu blog!!
ResponderEliminarsaludos!
Una cosa que tenemos adentro... que a veces nos asusta, a veces nos guía pero algo hay seguro: no la podemos tener bajo control, como quisiéramos, será eso lo que nos desconcierta?
ResponderEliminarComo esa frase que dice "si no puedes con él, únetele" quizá debamos reconciliarnos con esa "cosa" que nos acompaña adonde vayamos, por lo cual taaaaaan mala no ha de ser...y siempre terminamos en el tema de dejar fluir, no?
Besos, guapa.
Buenísimo el relato de Millás. Y lo que tú cuentas, qúe razon tienes, todos nos hemos sentido y nos sentimos en algún momento así.
ResponderEliminarMe gusta eso de los amigos abiertos las 24 horas.
Bueno dejo la caja, la coja, la copa y la cosa y me voyyyyy.
Ah! una cosa..que tampoco cierro los domingos. Jaja.
Besos.
Gracias por otro de tus tantos artículos Adriana. Los mismos junto con tu energía positiva facilitan el día a día de algunas personas.
ResponderEliminarNamaste.
....¿ y quien no estuvo alguna vez cojo, no rompió alguna vez una copa, o no llevó el pecho un dolor o una cosa???
ResponderEliminarTú ya sabes que también soy caja, copa y de forma especial cosa
Felicidades a los dos , a él por escribirlo y a ti por traérnoslo.
Un beso
Excelente!!! Oye también estoy para ti las 24 horas disponible!
ResponderEliminarUn Besito Marino
Que excelente relato.... me ha encantado....!!!
ResponderEliminarY cuando, obviamente se descubra que la cosa es buena y útil y luego envejezca la s, podrás cambiarla por una "de" y tener una linda coda musical para que te haga compañía cuando estés sola....
Paz&Amor
Isaac
que buen texto.
ResponderEliminarentretenido y original.
Ciertamente, un hallazgo.
Un abrazo.
Me encantó esta entrada! Ese juego de palabras y letras. Muy interesante Adriana!
ResponderEliminarUn abrazo enorme =)
Esa Cosa espero que sea una Rosa que en tu corazón se Posa.
ResponderEliminarConocía el cuento de Juan José Millás y desde la primera vez que lo leí no dejó de sorprenderme por su juego lingüístico repleto de originalidad y profundidad en su significado.
Lo que desconocía es la glosa que tú has hecho al cuento y me parece fantástica, Adriana, repleta de un sentimiento y belleza que me ha llegado a ese lugar donde te deseo que esa Rosa, de la que antes te hablaba, se pose.
Un fuerte beso.
¡Qué divertido! Hay personas que entre imaginación y saber escribir son unos genios.
ResponderEliminarMe chifló!
Besito, COMPI!
¡Qué bueno !
ResponderEliminarEn ese pecho seguro que
no hay una cosa, pero sí
un corazón muy grande
el que nos ofreces en
cada entrada.
Muchos besos Adriana
Querida amiga,
ResponderEliminarNos complace invitarte a celebrar con nosotros, a partir de hoy y durante tres días, el aniversario de nuestro blog.
La fiesta se celebra en nuestro Faro.
Contamos con tu presencia.
Un fuerte abrazo
Argos, Tétis y Poseidón
PS: Como prueba de cariño, apoyo y amistad que siempre hemos recibido, nos gustaría que aceptes y te lleves a tu blog, el sello del segundo aniversario de nuestro “Um Farol chamado Amizade".
Adriana, me he estado sonriendo mientras leía este texto tan divertido y a su vez tan profundo.
ResponderEliminarHay que ver lo que puede llegar a significar una simple caja. Un micro cuento con un juego de letras que nunca lo he leído. Me ha encantado, gracias por compartirlo y recibe un fuerte abrazo.
Muy bonito el texto, me parecio tan familiar,... tan conocido, lo que tu nos cuentas, creo que todos pasamos por esas "fases", luego la cosa esa, que no sabemos como sacarnosla de encima.....sera la falta de conocimiento de uno mismo?... que nos hace fallar, para salir de los atolladeros en que nosotros mismos nos ponemos...
ResponderEliminarMuy entretenido el juego de consonantes y vocales en un cuento lleno de significado, es para reflexionar. Creo que todos alguna vez en nuestra vida nos hemos sentido cjas, cosas, copas...un abrazo, un agrado leerte.
ResponderEliminarSi sustituimos la c de esa caja por m, tenemos maja. Maja es como te ha quedado esta entrada.
ResponderEliminarUn juego de silaba y vocales con un mensaje precioso.
Un abrazo amiga.
Qué buena desciprción, qué ingenioso.Completos, es imposible estar.Pero rotos ,lo que se dice rotos, una vez que encuentras tu camino verdadero...tampoco es posible.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Adriana, me he gustado mucho tu entrada, y que razón tienes…
ResponderEliminarEn esta vida nuestra todo tiene que tener un nombre, y no siempre esas cosas se ajustan a lo que haremos con ellas.
Es bueno cambiar el nombre y los misterios de cada “cosa”, para que el pecho pueda respirar hondo, y la sonrisa aparezca en nosotros simplemente al recordar las cosas que antes contenían esas cajas, o simplemente no angustiarnos por nada, que en la vida… nada lo es.
Vive sin poner nombres, vive, y disfruta de la vida sin más, al igual que tu caja, todo esta lleno de sorpresas. Un abrazo.
Hola Adriana Alba!!
ResponderEliminarYa estaba extrañando pasar por aquí!
Me encantó este cuento,muy divertido y tu reflexión lo hace aún más interesante.
Muchos besitos!!
¡Qué relato tan original!
ResponderEliminarMe ha encantado, de verdad, me ha encantado.
Mi admiración para Juan José Millás, y mis felicitaciones para ti, Adriana, por elegir este relato y mostrarlo en tu blog.
Me hizo pensar... me gustó.
Hola Alba
ResponderEliminar¡Qué preciosidad de cuento! Es divertido y a la vez tan profundo. Invita a la reflexión de la vida.
Gracias por mostrarlo y compartirlo.
Besotes.
¡qué lindo, Adriana! Hermoso cuento y hermosa reflexión. La cuestión gramatical me distrajo y me llevó a lugares casi olvidados de la memoria. Me hizo acordar a un cuento que le leía a mis hijas cuando eran chiquitas. "A Lucas se le perdió la A", Lucas en un momento pierde esa vocal y para poder hablar reemplaza la A por la O, a partir de ahi se generan un montón de confusiones muy graciosas. A mis hijas les encantaba que les leyera el cuento, y a mi me encantaba leerlo, y todas las veces nos moríamos de la risa.
ResponderEliminar"Cosas" que uno se lleva en el corazón.
Un abrazo!
No sabes como llegó este escrito! justo en el momento en que sentía esa "Cosa" dentro del pecho y que me hizo derramar lágrimas que a veces por mas fuerza que haga no puedo reprimir.
ResponderEliminarPero por suerte,y como otras veces ya lo he hecho, lograré deshacerme de ella.Un beso,TQ.-
Gracias Adriana.
ResponderEliminarComo bien dices, que no ha pasado por estas "confusas letras" que lo cambian todo en un instante?
Gracias amiga por compartirlo.
Abrazote de luz, Mirta
Yo más bien te veo como la "copa" de un árbol, tupida, boscosa, altiva, verde intensa, para darle cobijo a los pájaros y sombra al caminante, y rozar el viento y cuando llega el otoño (que a veces llega) te repliegas apenas esperando volver en primavera.
ResponderEliminarBesos que quiten la cosa de tu pecho,
Siempre sos genial con tus selecciones, pero creo que eso ya te lo dije mil veces :)
ResponderEliminarEl caso es que el micro de Juan José es una maravillosa y didáctica metáfora de la vida. Es encantador cómo lo ha planteado.
Un beso enorme (y sin cosa).
Gracias por tu amable y dulce comentario en mi blog....Por lo que escribes, veo que estamos en sintonía...
ResponderEliminarSiempre paz&amor para ti
Isaac
Preciosa entrada, maravilloso el microcuento, da para mucho, una forma ingeniosa de contar, lo que nos transformamos y vamos dejando atras, y aquello que nos acompaña siempre, que cosa, eh? es increible que fácil lo relatais.Gracias, siempre. Un besito.
ResponderEliminarUn fin de semana más me tienes paseando entre tus cosas. Siempre geniales. Buen weekend.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
El relato es excelente, original, con mucho vuelo... y de algún modo a todos nos ha identificado.
ResponderEliminarTus palabras completan de modo perfecto el post.
Cuando esa cosa se instala en el pecho, los amigos son quienes ayudan. La amistad hace magia y puede trocar todas las letras en las que necesitemos...
Un abrazo grande, Adriana!
En el blog: "Trabajo con Seres de Luz" http://trabajoconseresdeluz.blogspot.com/ me encontré esta maravillosa afirmación:
ResponderEliminar“Me regocijo en tus actos, en tus susurros y en cada sueño que complaces, me recreo en la forma en que me enseñas a amar el momento presente
con tu magia y esa calidez que colma nuestra conciencia de nuestro propio goce y deleite, mientras nos sentimos fluir dulcemente en las aguas de nuestro lago de calma emocional y de apaciguamiento interno de camino hacia lo mejor de nosotros mismos.”
Un Besito Marino
De la oscuridad a la luz vamos todos... siempre transcéndiendo.
ResponderEliminarGracias.
Querida Adriana, ayer regresé de la casa de mis padres, un lugar donde uno siempre guarda cajas llenas de copas y sopas, ropas y rosas...en fin tantas cosas, porque cosas nunca faltan amiga.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo!
PERDER EL MIEDO A LO DESCONOCIDO Y A INVESTIGAR . UN SALUDO
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