Todos, en algún punto, hemos hecho alguna cosa, o quizá muchas cosas, de las que no estamos orgullosos. De hecho, puede que sintamos que debido a nuestras acciones hemos dañado de alguna manera nuestra alma, volviéndonos incapaces de crecer y madurar espiritualmente.
A esto los kabbalistas dicen que el alma no puede ser dañada jamás; puede sólo ser recubierta.
La chispa de alma dentro de cada uno de nosotros es perfecta y pura más allá de las palabras. En todo momento estamos conectados con la Luz del Creador y no hay acción que pueda romper esta conexión. Podemos cubrir con un velo esta conexión, impidiéndole, por lo tanto a nuestra alma brillar con toda su Luz para nosotros y los demás, pero no podemos destruirla jamás.
En la esencia de nuestro ser, somos puros y perfectos. Siempre. Debemos saber esto si vamos a llevar la vida plena para la que estamos hechos. Ten en cuenta que esto no es un mensaje agradable diseñado para hacerte sentir bien contigo mismo. Esta lección está ligada al concepto kabbalístico fundamental que dice, las bendiciones no pueden morar en la oscuridad.
La idea es que, cuando compartimos con alguien, la Luz se revela. Naturalmente queremos agregar esa Luz a nuestra cuenta de Banco. Sin embargo, lo que los kabbalistas están diciendo es, si nuestra visión de nosotros mismos es oscura, entonces la Luz no puede venir a nosotros porque no hay afinidad.
Para aquellos que somos un poco duros con nosotros mismos, necesitamos cambiar nuestra propia percepción de forma que podamos experimentar la Luz que nuestras acciones están revelando.
Recuerda esto siempre, podemos conectarnos con el Zóhar, procurar acciones de compartir, y hacer todo lo que los kabbalistas recetan para revelar Luz. Sin embargo, si nos falta este sólo ingrediente, entonces la Luz que revelamos no tendrá lugar en donde morar.
Ver nuestra perfección es el campo de trabajo en el que se practica la Kabbalah.
Debemos estar siempre atentos de no salirnos del camino con pensamientos de, no lo merezco, he causado demasiado daño -a otros y a mí mismo, no puedo crecer y cambiar ahora.
Son justo estos pensamientos los que impiden que la Luz del Creador entre en nuestras vidas. Cuando deseamos un flujo de Luz y bendiciones más profundo, debemos estar conscientes de nuestra perfección innata. Esto no significa que no seamos honestos con nosotros mismos. Todos hemos oscurecido nuestra alma con capas de egoísmo y dolor, y hay un proceso continuo de eliminación que necesita llevarse a cabo. Pero nuestras acciones negativas no pueden nunca extinguir nuestra chispa de Luz.
Señalando un muy buen punto, hay una gran diferencia entre pensar, soy una mala persona, y pensar, soy un alma perfecta cubierta parcialmente por acciones que he realizado.
El odio a uno mismo es sabotaje serio, porque si estamos intentando conectar con la Luz mientras pensamos mal de nosotros, entonces simplemente no podemos atraer la Luz. Por lo tanto, para combatir esta tendencia de autocrítica no productiva, debemos fortalecer nuestra conciencia para ver más allá del desorden, hacia la verdad pura y poderosa al centro de nuestro ser.
Los kabbalistas llevan este pensamiento un paso más allá. Si queremos ayudar a la gente en nuestras vidas, entonces debemos ver su perfección también. Cuando sólo vemos la oscuridad en nuestros amigos, estudiantes, hijos y colegas, no podemos ayudarlos. Sólo viendo su perfección podemos ser una verdadera ayuda.
Cuando quiero ayudar a un amigo que ha hecho algo incorrecto, debo resistir mi tendencia natural a juzgar, porque una vez que estoy en ese estado de ánimo, ya es inútil. No puedo ayudarlo más, no de una forma duradera, en realidad. Más bien, lo que necesito hacer es recordar que está conectado a la Luz, que es un alma perfecta, y lo que yo estoy haciendo es ayudarlo a eliminar esos velos de manera que su perfección pueda brillar.
A esto los kabbalistas dicen que el alma no puede ser dañada jamás; puede sólo ser recubierta.
La chispa de alma dentro de cada uno de nosotros es perfecta y pura más allá de las palabras. En todo momento estamos conectados con la Luz del Creador y no hay acción que pueda romper esta conexión. Podemos cubrir con un velo esta conexión, impidiéndole, por lo tanto a nuestra alma brillar con toda su Luz para nosotros y los demás, pero no podemos destruirla jamás.
En la esencia de nuestro ser, somos puros y perfectos. Siempre. Debemos saber esto si vamos a llevar la vida plena para la que estamos hechos. Ten en cuenta que esto no es un mensaje agradable diseñado para hacerte sentir bien contigo mismo. Esta lección está ligada al concepto kabbalístico fundamental que dice, las bendiciones no pueden morar en la oscuridad.
La idea es que, cuando compartimos con alguien, la Luz se revela. Naturalmente queremos agregar esa Luz a nuestra cuenta de Banco. Sin embargo, lo que los kabbalistas están diciendo es, si nuestra visión de nosotros mismos es oscura, entonces la Luz no puede venir a nosotros porque no hay afinidad.
Para aquellos que somos un poco duros con nosotros mismos, necesitamos cambiar nuestra propia percepción de forma que podamos experimentar la Luz que nuestras acciones están revelando.
Recuerda esto siempre, podemos conectarnos con el Zóhar, procurar acciones de compartir, y hacer todo lo que los kabbalistas recetan para revelar Luz. Sin embargo, si nos falta este sólo ingrediente, entonces la Luz que revelamos no tendrá lugar en donde morar.
Ver nuestra perfección es el campo de trabajo en el que se practica la Kabbalah.
Debemos estar siempre atentos de no salirnos del camino con pensamientos de, no lo merezco, he causado demasiado daño -a otros y a mí mismo, no puedo crecer y cambiar ahora.
Son justo estos pensamientos los que impiden que la Luz del Creador entre en nuestras vidas. Cuando deseamos un flujo de Luz y bendiciones más profundo, debemos estar conscientes de nuestra perfección innata. Esto no significa que no seamos honestos con nosotros mismos. Todos hemos oscurecido nuestra alma con capas de egoísmo y dolor, y hay un proceso continuo de eliminación que necesita llevarse a cabo. Pero nuestras acciones negativas no pueden nunca extinguir nuestra chispa de Luz.
Señalando un muy buen punto, hay una gran diferencia entre pensar, soy una mala persona, y pensar, soy un alma perfecta cubierta parcialmente por acciones que he realizado.
El odio a uno mismo es sabotaje serio, porque si estamos intentando conectar con la Luz mientras pensamos mal de nosotros, entonces simplemente no podemos atraer la Luz. Por lo tanto, para combatir esta tendencia de autocrítica no productiva, debemos fortalecer nuestra conciencia para ver más allá del desorden, hacia la verdad pura y poderosa al centro de nuestro ser.
Los kabbalistas llevan este pensamiento un paso más allá. Si queremos ayudar a la gente en nuestras vidas, entonces debemos ver su perfección también. Cuando sólo vemos la oscuridad en nuestros amigos, estudiantes, hijos y colegas, no podemos ayudarlos. Sólo viendo su perfección podemos ser una verdadera ayuda.
Cuando quiero ayudar a un amigo que ha hecho algo incorrecto, debo resistir mi tendencia natural a juzgar, porque una vez que estoy en ese estado de ánimo, ya es inútil. No puedo ayudarlo más, no de una forma duradera, en realidad. Más bien, lo que necesito hacer es recordar que está conectado a la Luz, que es un alma perfecta, y lo que yo estoy haciendo es ayudarlo a eliminar esos velos de manera que su perfección pueda brillar.
M. Berg
HOLA AMIGA GENIAL ENTRADAAA QUE DISFRUTES DEL FIN DE SEMANA
ResponderEliminarCHRISSSSSSSSSSS
hola amiga mu y buena tu entrada,besitosss para vossssssssss y muy buenas noches ..
ResponderEliminarDespues de unos dias de ausencia por tantas fiestas regreso a tu csa y me encuentro esta bella entrada.Es dificil querida amiga no salir del camino pero lo importante es intentarlo.Como siempre me voy con mucha paz interior de tu casa. Un beso grande querida amiga
ResponderEliminarSi nos remitimos a Platón, uno de los primeros pensadores que argumenta sobre el alma, nos deja claro justamente lo contrario, que el alma se embrutece al bajar del cosmos y más todavía cuando entra en contacto con el cuerpo que necesita; a pesar de ello mantiene parte de su origen divino (habló de divinidades y no de un dios como interpretaron los neoplatónicos), y ésta será la parte del alma que es posible educar para ser un buen ciudadano. Entendiendo ciudadano como un ser social que respeta a los que como él conforman la polis.
ResponderEliminarBueno, por otro lado creo que las malas acciones lo son cuando perjudicamos a otros con ellas, uno mismo es el único responsable del daño que se procura a sí mismo.
Es mi opinión....
Un abrazo muy fuerte de finde.
Me ha encantado el texto, y me ha llevado a reflexionar, que es muy importante además de aprender de nuestros errores, perdonarnos a nosotros mismos, a veces hacemos daño sin sopesar que él otro luego nos puede perdonar o no, es fácil herir, pero no todo el mundo está dispuesto a perdonar, cuando el perdón es nuestra propia Libertad.
ResponderEliminarun fuerte abrazo y gracias.
Maite
Tiene gran verdad lo que dicen los Kabalistas; sí, esa parte divina que tenemos es "perfecta", pero tiene algo tan peligroso esto de creerse "perfectos" pues corremos el riesgo de "amar tanto la perfección" que podríamos caer en la intolerancia, creyendo que sólo lo "perfecto" sirve y que tenemos que ser cien por ciento siempre en todo lo que hacemos en nuestra vida.
ResponderEliminarTenemos que entender que si somos creados por el Creador; entonces, sí, no hay duda de nuestra perfección, pero eso de "Perfecto" queda para otras dimensiones, no aquí, no aquí, por ahora.
Si nos creemos "perfectos" entonces no hay nada que superar, y hasta ahí no más nos llega el camino, no hay más por evolucionar.
Tolerancia es aceptar que no todos son perfectos, pero de igual manera los amo, y porque los amo los perdono sin dudar.
Abracito.
Esto no es nuevo para mí, sin embargo es muy oportuno que lo lea hoy, que lo recuerde, que lo tenga en cuenta. Te agradezco que hayas compartido este material, porque me ha venido justo, lo estaba necesitando.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.