miércoles, 2 de agosto de 2017

Tiempo...

..Nuestro tiempo se desvanece mientras lo vivimos. Es un hecho increíble. Formas parte de la trama del día, estás dentro de él, te rodea como una piel. Está alrededor de tus ojos y dentro de tu cerebro. El día te mueve; con frecuencia te agobia, o bien te eleva. Pero el hecho asombroso es que el día se va. Cuando miras detrás de ti, no ves tu pasado parado allí en una serie de formas diurnas. No puedes pasearte por la galería de tu pasado. Tus días se desvanecen, en silencio, para siempre. Tu futuro aún no ha llegado. El único terreno del tiempo es el presente.
Nuestra cultura pone un acento fuerte y digno sobre la importancia y la sacralidad de la experiencia. En otras palabras, lo que piensas, crees o sientes seguirá siendo una fantasía si no lo incorporas a la trama de la experiencia. Ésta es la piedra de toque de la verificación, la credibilidad y la intimidad profunda. Sin embargo, toda experiencia está condenada a desaparecer. Esto plantea una pregunta fascinante: ¿existe un lugar secreto donde se reúnen nuestros días pasados? Como preguntó el místico medieval: ¿Adonde va la luz cuando se apaga la vela? Creo que sí existe un lugar secreto de reunión de los días desvanecidos. El nombre de ese lugar es memoria..Todo lo que nos sucede, ocurre en y a través del tiempo. Es la fuerza que lleva cada vivencia a la puerta de tu corazón. Todo cuanto te sucede lo controla y determina el tiempo. El poeta Paul Murray dice que el momento es "el lugar de peregrinaje al que peregrino".
El tiempo abre y expone el misterio del alma..
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John O'Donohue





No le temas al tiempo.
Vuelve a soñar con el jardín de las hespérides,
deja que la memoria te susurre al oído
los secretos que guarda el cielo.
¿Quien no recogió alguna vez
manzanas o estrellas en su sueño?
No le temas al tiempo.
La luz está al alcance de tus manos
y en tus manos fluye el tiempo eterno.

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A. Alba

Imagen tomada de la Web

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