viernes, 24 de julio de 2009

LA SALUD DE MI SEMBLANTE





¿POR QUÉ TE ABATES, OH ALMA MÍA, Y POR QUÉ TE TURBAS DENTRO DE MÍ?. ESPERA EN DIOS; PORQUE AÚN HE DE ALABARLE, SALVACIÓN MÍA Y DIOS MÍO. (Salmo 42:11)

Este corto versículo es realmente todo un sermón en sí mismo, ya que marca la salida de un estado de nervios y depresión a una saludable condición mental, corporal, y en las relaciones, la verdadera alegría de vivir. El salmista hace una pausa para preguntarse, "¿Por qué estoy deprimido?. ¿Porque tiemblo de nervios y miedo?. ¿Por qué mi Alma está tan preocupada?. Y como reflexiona sobre éstas cosas la respuesta viene a él (tarde o temprano esto debe pasarnos a todos). Confía en Dios!!! Y él determina que pese a las apariencias, continuará elogiando a Dios, quien es la salud de nuestro semblante. La palabra "semblante" representa el poder del reconocimiento, y "salud", en este caso, no representa sólo el bienestar físico, sino también la "salud" de todas nuestras relaciones. En otras palabras, cuando reconocemos a Dios como la fuente de todo bien y estamos complacidos por confiar en El, comenzamos a manifestar una condición saludable en nuestros cuerpos y en nuestras relaciones externas, los nervios y el miedo se evaporan y una vez más tenemos el sentido del verdadero bienestar. Hay otro punto importante y es que deberíamos siempre alabar a Dios por causa de su nombre -El quién es mi Dios- sin ningún pensamiento de ganancia, ni recompensa. Esto es la verdadera contemplación.

¿POR QUÉ TE ABATES... OH ALMA MÍA...?
EMMET FOX

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