Los mandalas son representaciones esquemáticas y simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el hinduísmo entre otras culturas. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del Universo y soporte de concentración) es generalmente representado como un círculo inscrito dentro de una forma cuadrangular, a pesar de ser diferentes en sus manifestaciones gráficas y artísticas, su finalidad es la misma, la concentración, la meditación con intención espiritual, conduciendo a la unidad del Ser. También se pueden encontrar en los rosetones y laberintos de ciertas iglesias góticas. Estas figuras mandálicas sugieren una idea de perfección, ésta universalidad de los mandalas hizo que el psiquiatra C.G.Jung los privilegiara como expresiones probables del inconsciente colectivo. Para Jung, el centro del mandala figura al -si mismo- que el sujeto intenta lograr perfeccionar en el proceso de individuación. Se han encontrado grabados de mandalas en las pirámides egipcias y en las civilizaciones druidas (España). En China se utilizan también para generar abundancia y prosperidad, o para fortalecer la salud. Desde tiempos remotos los mandalas fueron utilizados por los sabios y sacerdotes en sus meditaciones, sanaciones; su meta era fomentar la concentración de energía en un sólo punto. Metafísicamente también simboliza el conocimiento que quema la ignorancia. El Dr. Jung también decía: "Hoy día el símbolo geométrico del círculo es un símbolo de la psique. El cuadrado es un símbolo de materia terrenal, del cuerpo y de la realidad. La frecuencia con que surgen el cuadrado y el círculo no debe desdeñarse, esas formas aparecen, a veces, como si fueran gérmenes de un nuevo crecimiento"
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