“Vives de esta manera, protegido, en un mundo mimado, y crees que estás viviendo. Entonces, lees un libro… o haces un viaje… y descubres que no estás viviendo, sino que estás hibernando. Los síntomas de la hibernación son fácilmente detectables: el primero es la inquietud. El segundo, (cuando la hibernación se convierte en peligrosa y podría degenerar en muerte) es la ausencia de placer. Y todo se siente así. Esto parece una enfermedad inofensiva. Monotonía, aburrimiento, muerte. Millones de personas viven de esta manera (o mueren de esta manera) sin saberlo. Trabajan en oficinas. Manejan un auto. Salen a pasear con sus familias. Crían hijos. Y entonces, surge algo impactante, alguna persona, algún libro, alguna canción, y los despierta y los salva de la muerte “.
Anaïs Nin
No es el soñador el que despierta del sueño. El soñador, el buscador, de repente deja de ser, y eso es el despertar.
Tony Parsons
Hay manos colmadas de destinos.
Verdemar, azulcielo, rojofuego.
Algunas almas producen milagros inefables...
Agua en vino, plomo en oro, rocío en alimento.
¿Despertar del sueño de la supuesta vida implicaría acaso
despojarse un poco cada día de la supuesta muerte?
A. Alba
Imágen: Mandy Disher