Eso eran:
Diminutos seres mágicos
que vestían de fiesta
las noches estivales
de mi infancia.
Hoy he venido al jardín
de los recuerdos,
a pedirles un favor:
Si alguna vez,
por obra del azar
o del destino
al otro lado del camino
volvemos a encontrarnos,
devuélvanme la luz
de aquellos días...
No dejen de brillar.
A. Alba