jueves, 20 de marzo de 2014

Música otoñal

*Como sólo me preparo para lo que debiera sucederme, no me hallo preparado para lo que me sucede. Nunca.

Voces
Antonio Porchia



Duy Huynh



música otoñal 

camino del bosque
los amarillos vibran
los verdes descansan
y los naranjas beben el viento
en copas muy altas

¿creíste que me olvidaría
de los sueños grabados
en cortezas pardas?

colgaré campanitas de plata
en los viejos álamos
rescataré del aire el rumor del agua 
y en cuanto la noche se asome 
tendré por si acaso
mi linterna mágica

no vaya a ser cosa alma mía
que perdamos el rumbo
o lo que es peor...
¡que perdamos las alas!

A. Alba

miércoles, 12 de marzo de 2014

Brevas

La memoria es una de las realidades más bellas del alma. El cuerpo, tan atado a los sentidos visuales, con frecuencia no reconoce a la memoria como el lugar de reunión del pasado. La imagen más potente de la memoria es el árbol. Recuerdo haber visto en el Museo de Ciencias Naturales de Londres un corte transversal de un secoya gigante de California. La memoria del árbol se remontaba al siglo v Los anillos de recuerdos estaban señalados por banderitas blancas que indicaban un suceso de la época. El primero era el viaje de san Columbano a lona, en el siglo VI; después venían el Renacimiento, los siglos XVII, XVIII y así hasta el momento actual.
Nuestra cultura moderna de la velocidad, el estrés y la superficialidad es tan pobre, entre otras razones, porque desdeña la memoria. La industria del ordenador se ha apropiado del concepto. Es falso que el ordenador posea memoria: tiene dispositivos de almacenamiento y recuperación. La memoria humana, en cambio, es sutil, sagrada y personal. Posee su propia selectividad y profundidad. Es un templo interior de sentimientos y sensibilidad. Dentro de ese templo se agrupan diversas vivencias de acuerdo con sus sensaciones y forma particulares. Nuestro tiempo padece una amnesia profunda. Dijo el filósofo norteamericano Jorge Santayana: los que olvidan el pasado están condenados a repetirlo...


John O' Donohue 


Elena Usheva




una ventana abierta al horizonte
no hay murallas ni fronteras
que se interpongan en éste vuelo

se extiende una tibia nostalgia
sobre las ramas grises de la higuera

aquel árbol que tanto amaste
y que hoy todavía entrega dadivoso
sus dulces brevas 

como una ofrenda de gratitud
por tanto amor derramado
en sus raíces

y en las nuestras

*

A. Alba


sábado, 1 de marzo de 2014

Un río...muchos ríos

Hay ríos metafísicos, ella los nada como esa golondrina está nadando en el aire, girando alucinada en torno al campanario, dejándose caer para levantarse mejor con el impulso. Yo describo y defino y deseo esos ríos, ella los nada. Yo los busco, los encuentro, los miro desde el puente, ella los nada. Y no lo sabe, igualita a la golondrina. No necesita saber como yo, puede vivir en el desorden sin que ninguna conciencia de orden la retenga. Ese desorden que es su orden misterioso, esa bohemia del cuerpo y el alma que le abre de par en par las verdaderas puertas. Su vida no es desorden más que para mí, enterrado en prejuicios que desprecio y respeto al mismo tiempo. 
Yo, condenado a ser absuelto irremediablemente por la Maga que me juzga sin saberlo. Ah, déjame entrar, déjame ver algún día como ven tus ojos.

Julio Cortázar 

Por hoy terminó la función. 
Lentamente se va despidiendo 
el Astro-King-Size



dejando en sus últimos giros 
seductoras figuras de fuego
cayendo rendidas en brazos del río



mi alma viajera lo aplaude, e intenta llevarse
 además de la puesta en escena
un autógrafo-VIP firmado en el vidrio.


A. Alba





Fotos Adri: Atardecer desde la ventanilla de un micro
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...