viernes, 3 de marzo de 2017

El jardín

Vive plenamente cada experiencia, para que no deje traza en tu mente. Nada de sobras, nada de restos, nada de basura. Una cuenta sin "suma y sigue", un relato sin "continuará", una excursión sin mochila. Nunca vivas de crédito, sino paga al contado en cada instante. Adentro y afuera; entra y sale; entra del todo y sale del todo. 
Una vez más, la flor de loto intacta sobre el agua, la sinfonía que fluye sin interrupción, el río que sigue su curso.

Lo que no nos deja vivir de esa manera (que es la única manera auténtica de vivir) son, por un lado, los apegos y, por otro, los miedos. Nos aferramos a una experiencia gozosa y no la soltamos en nuestra mente, aun cuando el suceso haya ya pasado; o tenemos miedo de algo que va a pasar, y ese temor llena la mente antes de que el suceso se produzca. Con una mente así cargada no se puede vivir. La mente en libertad no lleva cargas. La mente en libertad vive cada instante en cada instante, y ése es el secreto de vivir de lleno la vida.


Carlos G. Valles.





Se instalaron en mi
rumores de arroyos y de arrullos
abanicos de plumas en las manos del viento.
Tiempo de pájaros insomnes
zumbidos delatores de golosos insectos
alguna que otra risa escondida entre glicinas...
y de pronto el jardín dejó de ser secreto.



A. Alba

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