J. O' Donohue
La Madre Tierra tambièn posee un corazòn y los que tenemos la bendiciòn de oir, somos responsables de saber escuchar. Escuchar es un acto de amor. Cuando escuchamos con el alma las voces sagradas y ancestrales comienzan a brillar como estrellas en el firmamento, como lunitas de plata, como copos dorados de luz que alumbran nuestra travesìa y nos liberan de interferencias.
A. Alba
Hay voces claras
libres
como caireles colgantes,
como cristales de nieve.
Brillantes, generosas
como esas luces en el camino
que vemos a lo lejos
y a medida que avanzamos
nos extienden sus brazos.
Hay voces fecundas,
valientes
que alientan nuestro intento.
Hay voces que gritan
con la fuerza secreta de la tierra
que estaremos a salvo
que no tengamos miedo.
Hay voces que nacen
de otras voces...
Y en los atardeceres
cuando todo se tiñe de naranja
y nos fundimos
como oro líquido en el sol
se convierten en silencio.
A. Alba
Que voces tan poéticas.
ResponderEliminarMe gustan mucho.
Besos.
Sabias palabras.
ResponderEliminarUn abrazo
precioso adri y ojala todos aprendamos a escuchar el sonido de la naturaleza,gracias a dios ahora donde vivo ese silencio se palpa hasta el aire.
ResponderEliminarte dejo mi cariño amiga y un abrazo apretadito y que pases una hermosa semana!!!!!!
Ay voces mágicas que nos reconcilioan con el ser humano y con la naturaleza. Escondidas en los silencios están las voces ancestrales y, vistiendo de gozo y gala nuestrops oidos, están las voces de los seres amados...
ResponderEliminarGracias, Adri, por esta singular y preciosa entrada, amiga.
Besos. María
No siempre llegamos o estamos preparados para oir esas voces claras y llanas que bien hablas en tu poema. Tal vez por ello estamos tan atormentados. Tu poema es espléndido. Abrazos, Adriana.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada Adriana...
ResponderEliminarEscuchar más allá de las palabras,más allá de las voces y descifrar los silencios,que retumban en el paisaje y nos alientan,nos impulsan,nos elevan...Escuchar la armonía de las esferas cuando se apaga el crepúsculo y se enciende el latido de esa cercana y lejana estrella...
Mi felicitación por ese poema cuyas voces nos llegan cálidas y nítidas.
Mi abrazo grande y gracias por tu presencia,amiga.
M.Jesús
Escuchar, escucharse, excelente texto y relfexión. Y es que escuchar es la base de la comunicación...y tal como el mundo...tenemos que escuchar mejor...
ResponderEliminarTu poesia es una delicia y tiene fuerza
Un abrazo
Suele gustar más hablar que escuchar, desgraciadamente. El saber escuchar a los demás se ha convertido en un bien de lujo y en extinción, y no te digo nada el saber escucharse a sí mismo...
ResponderEliminarTu poema es muy bello, Adriana, como también la música y la letra de la canción de Fabiana Cantilo.
Un fuerte abrazo.
Me gusta escuchar a personas de bien, me pongo siempre en sus zapatos.
ResponderEliminarMe gustaría describirte el cielo que veo por mi balcón esta tarde... nunca lo había visto cortado con una línea: mitad gris, mitad negro azabache... da hasta miedo.
Un beso, compi amiga.
Ya es tiempo de escuchar verdaderamente.
ResponderEliminarSaludos
David de observandocine.com
Y el silencio de tu voz siempre me llega y viene lleno de calor.
ResponderEliminarTodo mi cariño querida amiga mía
hay que saber escuchar...
ResponderEliminargracias por estas bellas palabras
Es verdad Adri !! a mí me encanta el sonido del tambor. Ahora sé por qué. Escuchar es un acto de amor.Tal cual. Tus versos siempre me emocionan, acarician mi alma y me regalan sosiego. Los primeros son un ramillete de ternura. "Hay voces claras / libres / como caireles colgantes / como cristales de nieve."Fabiana Cantilo tiene la particularidad de escribir letras preciosas. "Hay aromas que me quiero llevar ..." Te doy las gracias por traer luz a estos tiempos tan oscuros. Besos de fresa.
ResponderEliminarTu voz es la voz que atrae a las luciérnagas, la voz de la tierra, la voz de la poesía, la voz limpia...
ResponderEliminarQué bonito escuchar las voces, escuchar tu voz...
tu voz hace palidecer mis silencios y las sombras corren a esconderse a los rincones atemorizadas por la luz que se te cae de las manos.
ResponderEliminarUnas voces maravillosas, esas que sabes escuchar. Y una voz, la tuya que nos las acerca al oído como una rosada canción que nos despertara suavemente del sueño, o un alba fresca que nos moja con su paleta derramada de colores.
ResponderEliminarEn definitiva, que me han enamorado estos versos y esa voz naranja final junto al sol es para cerrar los ojos y sentir la caricia de la Belleza hecha Verdad.
¡Realmente divino!
¡Besos muuy sonoros, como un canto de ballena, para ti,
bellísima!
Me saco el sombrero ante esta poesia, Adriana. Es de una belleza especial y unica. Brillante, querida amiga.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias, que lindos comentarios!
ResponderEliminarQue les puedo decir que ya no sepan?
Los quiero mucho.
sigamos escuchando las voces del corazòn del Universo.
Tu voz ilumina con su mensaje.
ResponderEliminar¡¡Hermoso!! Un mensaje luminoso lleno de amor y luz.
Besos Adri.
Solo observando y escuchando verdaderamente se logra una clara y profunda comunión con la naturaleza, desgraciadamente en los tiempos que corren cada vez se escucha menos.
ResponderEliminarAdriana tus mensajes son un alimento exquisito para el espíritu.
Un abrazo cálido.
Preciosa poesía. El sonido de la Tierra, de nustras voces y de nuestros silencios...¡qué importante es todo eso y muchas veces pasan de largo sin que les prestemos atención! Un beso muy fuerte, querida amiga
ResponderEliminarAhora ya sé Adriana, porqué en una meditación con un tambor chamánico mi corazón casi se sale de mi pecho, gracias amiga por tanta sabiduría compartida. Me encantó le poema. Abrazos.
ResponderEliminarBellos versos, con palabras que acarician y silencios que estremecen.
ResponderEliminarBesos
Magníficas palabras...me ha gustado mucho...un abrazo desde murcia
ResponderEliminar¿Somos un sonido que escucha? ja ja ja, bella publicación como las que acostumbras a regalarnos, nacidas de la ternura y de los soplos cálidos del alma.
ResponderEliminarEsta edición me recuerda un libro que leí hace varios años que desde entonces lo sigo leyendo, es du tu compatriota Carlos D. Fregtman titulado "el tao de la música" donde subrayé este fragmento "Cuando la materia alcanza su más ardiente pulsación se consuma el acontecimiento de la belleza. Ritmo es un vaivén paciente y sabio, lujurioso y creador"
Todo en el universo es vibración eterna e infinita, escuchar es armonizar nuestras frecuencias vibratorias, nuestras pulsaciones, nuestros ritmos, en ese universo vibrante, es acompasar nuestro instrumento en la sinfonía universal. Cuando dos almas se armonizan se consuma el acto del amor. ¿Será esa una de las razones de la inmersión mística del danzar? por ejemplo ¿del tango? ja ja ja.
Besos Poeta Meditadora!!!
Uno sale renacido cada vez que publicas ja ja ja
tengo claro que tenemos dos orejas y una sola boca y eso nos debería enseñar a oir mas y mejor.
ResponderEliminarY descifrar lo que oímos alejandonos de pre-juicios.
Y actuar en consecuencia.
Hola Adri: Preciosos versos, un canto armónico a la la naturaleza al tambor de la madre tierra.
ResponderEliminarEscuchamos si, pero oímos poco y eso si es un delito y un pecado.
Ha sido un placer pasar a leerte, darte las gracias por tu visita que agradezco mucho, y de paso, te dejo también un abrazo bien fuerte, deseándote lo mejor del mundo.
Se muy feliz.
Me encantó tu último artículo, particularmente siento que el sonido del silencio me llena el alma de gozo, gracias por compartir.
ResponderEliminarEl secreto está en escuchar con el alma.Que bello todo Adri!!
ResponderEliminarExcelente la versión de Fabiana Cantilo,hay mucha dulzura en su voz.
Un beso grande
Hola Adri! Bellísima entrada. Escuchar es un don muy preciado, claro que es como un acto de amor. A veces solo necesitan de nosotros que escuchemos nomás.
ResponderEliminarHermoso tu poema de las voces. Hay una voz, la voz interior que no debemos dejar de escuchar.
Un abrazo inmenso, amiga querida.
ResponderEliminarSi no escuchamos a Gaia, a nosotros mismos... estamos perdidos.
Y algo perdidos sí que estamos...
· un beso
· CR · & · LMA ·
El hábito de escuchar de corazón se transforma en un Don que se elige.
ResponderEliminarLograr que algunas personas escuchen, a veces, es pedirles un milagro. Su poema es un acercamiento a esa elección.
http://enfugayremolino.blogspot.com.ar/
Adriana,al leer tu poema en cada estrofa me he ido parando y reflexionando. Me encantó leerla.
ResponderEliminarA veces oimos lo que queremos y lo que no hacemos "oidos sordos", que pena.
Es tan facil escuchar. A mi, en particular, me gusta mas prestar atención que hablar.
Cuantas personas estan necesitadas de que alguién la escuche aunque sea un momento y no la encuentra.
Un fuerte abrazo y hasta pronto.
Si, es cierto. Y también hay voces como la tuya, ángel, que nos recuerdan oír la voz de Aquel que nunca calla....
ResponderEliminarPaz&Amor
Isaac
escucho...y canto!
ResponderEliminarabrazo, albita*
El mundo sería otro si aprendiéramos a escucharnos más y mejor.
ResponderEliminarExcelente post, hermoso mensaje que lleva a reflexionar sobre un tema que nos concierne a todos.
Besos muchos amiga mía y gracias por todo lo que nos brindas.
REM
"Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros."
Martin Luther King
Me gusta el silencio, y escuchar los ruidos naturales, los roces, el viento, el agua...la tromenta...
ResponderEliminarMe gusta eschuchar a los que niños, sus conversaciones ingeniosas y divertidas.
Prefiero escuchar los sonidos de la tierra que el guirigay de palabras huecas que nos rodea.
Prefiero, Adriana, leer tu poesía mientras trato de imaginar el sonido de verdad de la tierra.
Un beso,
Saber escuchar, es tan importante como saber vivir.
ResponderEliminarComo me gustan tus entradas.
Siempre me hacen recapacitar.
Un abrazo.
A través de los Silencios y la Atención Observadora el oido se eleva y las voces hablan a través de todos los mieterios de la Naturaleza. Ella con sus derivados mezclados nos aviva los sentidos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que maduramos cuando aprendemos a escuchar todos los sonidos que nos circundan.
ResponderEliminarPara ello, hay que aprender a conocer el silencio y la fuerza que entraña.
Me encantan tus entradas. Me llevo, siempre, temas para reflexionar, de puertas adentro.
Gracias y un abrazo cariñoso.
Hola, Adriana
ResponderEliminarEs hermoso estar en consonancia con la madre tierra, con el universo, con todo y con quienes nos rodean, y con nosotros mismos. Si permanecemos a la escucha, descubriremos que oímos lo que creíamos era imposible, el sonido del amor.
Es un placer leerte.
Besotes.
Adriana te cuento que he escrito mi antiguo blog de Cine para usar el Cerebro, una historia que se llama “Todos podemos ser gerentes”. Te invito a leerlo.
ResponderEliminarhermoso pensamiento
ResponderEliminarhola puedo?
es como vos decis, comparto tus pensamientos
he venido a visitarte y aqui me quedo, es muy calido este lugar, lo hago mio
cuando puedas llegate a visitarme y gracias
te mando un beso enorme, estamos en contacto, gracias
"Creo en un número incalculable de dioses que moran en el sonido, en la forma, en el color, en la fragancia. (...) Las flores y todos los elementos que componen la naturaleza tienen voces sutiles. El espacio está tejido por estas voces. El silencio jamás es absoluto. En las noches más profundas oímos siempre un murmullo lejano, revelador de una suma de infinitesimales voces: todos los pensamientos que se formulan en el mundo vibran en esas voces. En una piedra podemos oír, si escuchamos con atención, el trayecto del tiempo; en el ruido de la lluvia podemos oír el diálogo vacilante de los primeros hombres; en ciertas plantas podemos oír a las mujeres de la antigüedad elaborar secretos; en el estruendo de las olas que se elevan en los mares podemos oír la aclaración de algunos hechos históricos; ciertas alondras nos traen anuncios del futuro más próximo. Si ustedes no se dignan oír estas voces, cómo podría un dios oír las vuestras?".
ResponderEliminarSilvina Ocampo
(Fragmento de Libro Invisible)