martes, 15 de septiembre de 2009

DAR Y RECIBIR


El Universo opera por medio de un intercambio dinámico... Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el Universo. Y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del Universo circulando en nuestra vida. La Ley del Dar, podría también llamarse la ley del dar y recibir. Nada es estático. Nuestro cuerpo está en intercambio directo con el cuerpo del Universo; nuestra mente mantiene una interacción con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos. El flujo de la vida no es otra cosa que la acción armoniosa de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Esta armoniosa interacción de los elementos y las fuerzas de la vida opera a través de la ley del dar. Frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de circular, comienza a coagularse y a estancarse. Por ello debemos dar y recibir a fin de mantener la riqueza y la afluencia - o cualquier cosa que deseemos en la vida - circulando permanentemente. La palabra "afluencia" viene de la raíz latina "afflúere" que significa "fluir hacia". La palabra afluencia significa "fluir en abundancia". El dinero realmente es un símbolo de la energía vital que intercambiamos, y de la energía vital que utilizamos como consecuencia del servicio que le prestamos al Universo. Al dinero también se le llama moneda "corriente", nombre que refleja igualmente la naturaleza fluída de la energía. La palabra "corriente" viene del latín "cúrrere" que significa "correr" o "fluir". Por tanto, si impedimos la circulación del dinero -si nuestra única intención es acaparar el dinero y aferrarnos a él-, impediremos también, que éste vuelva a circular en nuestra vida. Al igual que un río, el dinero debe mantenerse en movimiento. Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. Lo que sube debe bajar; y lo que se va debe volver. En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil. Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del Universo circulando en nuestra vida. Todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse. Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no hay energía detrás de nuestro acto de dar. Al dar y recibir, lo mas importante es la INTENCIÓN, porque debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida, y por tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso el acto de dar debe ser alegre -la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. Esto es muy sencillo: si deseamos alegría, démosles alegría a los otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio, aprendamos a prestar atención y apreciar a los demás; si deseamos riqueza material, ayudemos a otros a conseguir esa riqueza. En realidad, la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean. Aprendamos a desearle en silencio a todo el mundo todas las cosas buenas de la vida. La vida es la danza eterna de la conciencia, que se manifiesta como un intercambio dinámico de impulsos de inteligencia entre el microcosmos y el macrocosmos, entre el cuerpo humano y el cuerpo universal, entre la mente humana y la mente Cósmica. En realidad, las formas más poderosas de DAR no son materiales. Afecto, amor compasión, enseñanza, escucha, oración... son algunos de los más preciados que se pueden dar, y no cuestan nada. Enviémosle a los seres humanos en silencio, buenos deseos. Esta forma es muy PODEROSA. Tomemos la decisión de dar en todo lugar donde vayamos y a quien quiera que veamos. Cuanto más demos, más confianza tendremos en los efectos milagrosos de esta Ley. Nuestra verdadera naturaleza es PROSPERIDAD y ABUNDANCIA; la Fuente de Energía Cósmica... El Universo... Nuestro Padre Celestial nos provee de todo lo que necesitamos y sabe lo que es, antes de que se lo pidamos.


Extraído del Libro "Las 7 leyes espirituales del éxito" de Deepak Chopra

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