Vainilla y caramelo

..."Dame la mano, mi vida, es la invitación que Don

Juan formula a una hermosa dama en la ópera “Don Giovanni” de Mozart y 

sigue cantando: “Acompáñame a mi castillo”. 

De la misma manera nuestra vida nos espera como una hermosa dama en 

plena flor, espera a que, deseosos, le tendamos la mano, que la llevemos 

con nosotros a nuestro castillo y con ella celebremos una fiesta de amor.

Con ojos que brillan y con anhelo caliente. 

Nuestra vida nos ha tendido esa mano esperando que la tomemos, 

esperando que la tomemos con fuerza, que la tomemos para siempre, que la 

tomemos con amor. 

¿Cómo celebramos con ella nuestra fiesta de amor? Prestamos atención a 

su murmullo en nuestra sangre, escuchamos los latidos de su corazón, 

sentimos su calor en nuestra piel y percibimos su perpetuo anhelo por el 

aire, por el agua, por el alimento para que se mantenga viva, y sentimos su

anhelo por esas ganas gracias a las cuales continúa.

Nuestra vida espera las aventuras del amor con pasión, preparada para 

atreverse al máximo por ellas, más y más y más. Espera al “Sí” decisivo 

dirigido a ella, un “Sí” indisoluble.

La Vida nos ha dado este “Sí” desde el comienzo. Está en nosotros decirle 

“Sí” a ella del mismo modo, que la amemos con todo nuestro corazón, con 

toda nuestra alma, con todos nuestros sentidos y con toda la fuerza..."

Bert Hellinger

¿Que dirían si supieran que aún los veo

junto al faro?

dibujando corazones con sus nombres

en la arena,

o inventando ocultos pasadizos

entre médanos...

Como en un jardín de mar

los anhelos florecían sin apuros

macerándose en espuma,

y por las noches

colgados de la luna

encendían las estrellas

 -una por una-

Todavía los veo

frecuentando el  bar La Rambla,

donde  en los atardeceres

leían extasiados a Cortázar,

y evitando miradas indiscretas

debajo de la mesa

sus pies se enamoraban.

El Duende Azul no existe más

 -ahora es un Cyber-

hay menos bicicletas y más autos, 

menos caracoles y más teléfonos,

menos pájaros y más antenas.

Todavía  alegre y bella

la feria de artesanos,

plumitas de colores

bajo el viento,

y el jazz en La Cuadrada,

y los higos negros con palito

salpicados de pochoclo,

con ese aroma irresistible

a vainilla y caramelo!


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A. Alba


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la imágen es gentileza de:

http://www.arteyfotografia.com.ar