lunes, 24 de agosto de 2009

ACEPTÁNDOSE A SÍ MISMO


El amor propio, el amarse a sí mismo implica aceptarse a sí mismo reconociéndose como un ser humano valioso y porque así lo decide uno mismo. Esta aceptación implica también una plenitud, una falta de protestas y quejas. La gente que funciona plenamente no protesta jamás, especialmente no protesta porque la calle tiene baches, ni porque el cielo está muy nublado o el hielo demasiado frío. La aceptación implica no protestar o no quejarse, y la felicidad implica no protestar por lo que no tiene remedio o por lo que no hay nada que hacer. la protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de sí misma. Contarle a los demás las cosas que no te gustan de ti mismo contribuye a que tú sigas insatisfecho, pues lo único que ellos no pueden hacer es negarlas, y entonces, tú no les crees. Así como lamentarse ante los demás es un acto inútil, aceptar que los demás abusen de ti cargándote con sus fardos llenos de problemas y autoconmiseración, tampoco ayuda a nadie. Una pregunta muy sencilla terminará generalmente con este comportamiento tan inútil como desagradable. ¿Por que me estás contando ésto? o ¿Hay algo que pueda hacer por ti para ayudarte a solucionar este problema? Al hacerte a tí mismo esta pregunta, empezarás a darte cuenta de que la conducta de los lamentos es realmente una locura total. Es tiempo malgastado, tiempo que puede emplearse mejor practicando alguna actividad de autoestima como podría ser elogiarte un poco en silencio o ayudando a que otra persona pueda realizarse. Hay dos instancias en las cuales la queja resulta la peor de tus posibilidades: 1) Cada vez que le dices a alguien que estás cansado. 2) Cada vez que le dices a alguien que no te sientes bien. Si estás cansado, puedes hacer distintas cosas para remediarlo, pero quejarte aunque sea a una sola persona, peor aún si esta persona es uno de tus seres queridos, es un abuso de confianza. Y no hará que te sientas menos cansado. Y el mismo tipo de lógica se puede aplicar a tu "no me siento bien". no hemos dicho nada aquí sobre los casos en los que comunicar a los demás de que no te sientes bien puede significar que éstos te ayuden de alguna manera por más pequeña que sea. De lo que hablamos aquí es de las quejas a los demás en los casos en que éstos no pueden hacer nada por nosotros, aparte de aguantar estos rezongos. Además, si realmente estás trabajando para aumentar TU AMOR POR TI MISMO, y sientes alguna molestia o dolor, querrás ocuparte tú mismo de ésto, trabajar tu mismo con esto, en vez de elegir a alguien como apoyo y obligarle a compartir tu carga. Aqui tampoco estamos hablando de no pedir ayuda a profesionales de la salud en todas sus variadas disciplinas, al contrario, en un principio pueden colaborar contigo y mostrarte áreas en donde puedes aplicar las técnicas. Pero la lamentación de uno mismo es una actividad inútil que impide que vivas tu vida en forma positiva y eficiente. Te impulsa a tenerte pena a ti mismo e inmoviliza tus esfuerzos por dar y recibir AMOR. Más aún disminuye tus oportunidades de mejorar tus relaciones afectivas y aumentar tus relaciones sociales. Y aunque logres atraer la atención de los demás sobre tu persona, lo lograrás de una manera que sin duda ensombrecerá tu propia felicidad. La posibilidad de ACEPTARTE A TI MISMO sin protestar implica una comprensión amplia, tanto del proceso del amor por uno mismo como el proceso de elaboración de estas quejas y protestas dentro de nosotros mismos, que resultan ser términos mutuamente excluyentes. La próxima vez que te encuentres en una reunión social, o con amigos, o en la fila del banco o supermercado, anota cuanto tiempo se ha empleado en conversaciones negativas en que se lamentaban de algo. Prueba cambiar de sintonía, anímate a no seguir al rebaño... ÁMATE MAS.

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